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Michel Azcueta

Revocación LA RIQUEZA DE LA DEMOCRACIA LOCAL

Revocación

LA RIQUEZA DE LA DEMOCRACIA LOCAL

                           Michel Azcueta.

 

Muchas veces hemos escuchado decir que, en el Perú, no valoramos la riqueza que nos rodea…Esto no suele pasar  sólo con los recursos naturales de diferente tipo sino, también, y creo que es mucho peor, con la riqueza humana y social, con los aportes e iniciativas productivas de hombres y mujeres por todo el Perú. Pienso que algo de esto ocurre con la democracia local, otra de nuestras riquezas que es valorada más desde fuera, desde los países con democracia estable o en construcción, mientras la mayoría de nosotros o la desconocemos o la infravaloramos.

Muchos no saben que, de los países latinoamericanos, aquellos con mayor trayectoria democrática municipal son Costa Rica, Cuba y Perú. Recién en la década de los 90, después de la superación de dictaduras de diferente tipo y la aprobación de nuevas Constituciones, los países centroamericanos incorporan las elecciones municipales, al igual que lo habían hecho, en épocas muy recientes, los países de América del Sur como el Chile post Pinochet, Bolivia, Colombia…Recordemos que no hace más de 15 años que se elige, de manera directa, por el voto popular a los alcaldes (intendente, presidente, etc.) de las ciudades de México y Buenos Aires que eran nombrados a dedo por sus respectivos presidentes…

En el Perú tenemos una tradición municipal que tiene sus raíces en los cabildos, en las comunidades campesinas, en la cultura de nuestros pueblos. Ya en el inicio de los años 60 del siglo pasado se consolidan las elecciones municipales y, después de los gobiernos militares, el Presidente Fernando Belaúnde, el mismo día de su juramentación, el 28 de julio de 1980, convoca a elecciones municipales a nivel nacional, manteniéndose ininterrumpidamente hasta el día de hoy.

Pero no es solo este hecho de la continuidad de la democracia local sino, también, la riqueza en los aportes innovadores en la gestión local, en la participación ciudadana: aquí se dio inicio a los presupuestos participativos (que luego serían complementados y extendidos por el alcalde de Porto Alegre, en Brasil…), a la primera experiencia de gobierno electrónico promovida por Francisco Miró Quesada junto con los dirigentes comunales y municipales de Villa El Salvador, las comisiones mixtas comunales-municipales en zonas rurales y urbanas, los consejos de coordinación local, los planes de desarrollo concertados y experiencias de seguridad ciudadana desde rondas campesinas  a serenazgos, asambleas y cabildos para estar informados y tomar decisiones, por mencionar algunas de las experiencias que han logrado mejorar la calidad de vida y fortalecer a la ciudadanía en pueblos, distritos y provincias del Perú.

Es en este contexto de reconocimiento de la riqueza de la democracia local que tenemos en el Perú, que se entiende mejor la importancia de contar con  la revocación de autoridades locales y regionales, otra experiencia innovadora que parte del hecho incuestionable que el poder democrático reside en los ciudadanos a través del voto y que ese poder simplemente se delega a y en los elegidos, pero que nunca se entrega ni para siempre ni de manera incondicional. El sillón municipal no es propiedad privada del alcalde o de los regidores. Que lo usen como representantes de aquellos que los han elegido y que lo usen bien porque, de lo contrario, en el Perú, pueden ser revocados si es que hay causas graves para ello y si el voto popular lo decide.

Curiosamente han sido congresistas y autoridades no electas, como jueces, ministros, algunos teóricos y especialistas, y, tristemente, algunos dirigentes de partidos políticos a los que cuesta renovarse, quienes más han alzado su voz para criticar la ley que permite la consulta popular para revocar autoridades, casi ninguna de estas críticas ha salido de la ciudadanía ni de alcaldes, salvo muy rara excepción. Los ciudadanos, que avanzan en conciencia democrática, de ninguna manera quieren que se anule su derecho y defienden la raíz de toda democracia que se encuentra en el pueblo. Todo ello no se debe ni se puede discutir. Se puede evaluar la forma, las fórmulas, las condiciones concretas que puede tener una revocación en zonas rurales y en zonas urbanas, en pueblos y en metrópolis, pero no cuestionar la legalidad ni la riqueza que supone para la democracia en general y para la formación política ciudadana el contar con este y otros mecanismos de participación directa.

El debate está abierto, gracias a la iniciativa de El Comercio y su Director, y ojalá que tanto los ciudadanos como los propios partidos políticos participemos en él para ir logrando, entre todos, que la sociedad peruana sea plenamente democrática, que haya renovación de liderazgos y mecanismos claros de participación con poder de decisión, superando caudillismos y fortaleciendo la institucionalidad, base de un modelo de desarrollo más justo e igualitario. La riqueza de la democracia local nos enseña un camino seguro a seguir para lograr estos objetivos.

                          Abril 2013

Michel Azcueta.

Presidente de la Escuela Mayor de Gestión Municipal

exAlcalde de Villa El Salvador.

 

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